Gabriel (2007)

“De todo lo que podías haber sido, elegiste esto”

Últimamente la cosa iba en el blog (salvo excepciones) de cine de autor, cine independiente y cosas así. Y aunque tengo una crítica doble de El pianista y El hundimiento a medio preparar desde hace un tiempo (tardará en llegar, tengo varias más ya escritas), el otro día vi esta genial película australiana, y he preferido criticarla ahora que aún la tengo fresca.

Realizada con bajo presupuesto por un director inexperto, Shane Abbess (es su primer largometraje), y actores que empezaban a despuntar en ese momento (como el fallecido Andy Whitfield, conocido mundialmente por su papel protagonista en la serie Espartaco: sangre y arena), es otro ejemplo de acierto en el cine del país (y algo parecido a lo que había sucedido con Mad Max casi treinta años atrás).

El argumento de la película se centra en el arcángel Gabriel (Andy Whitfield), que es enviado en una misión al purgatorio para tomar parte en la eterna lucha entre el bien y el mal. Al igual que sucede en otras películas del mismo estilo (Constantine, por ejemplo), la historia se desarrolla en una ciudad oscura y sucia (en este caso, el purgatorio), dominada por los ángeles caídos, donde seres humanos y personajes sobrenaturales se confunden entre sí y conviven constantemente. Gabriel es el último de los arcángeles enviados a la ciudad y, al tiempo que se enfrenta a Samael (Dwaine Stevenson), intenta descubrir lo que ha pasado con sus compañeros celestiales, ocultos en la ciudad.

Ciertamente, ni la historia es especialmente original, ni el guión es demasiado destacable (los diálogos son muy pobres, llenos de clichés). Sin embargo, la forma de llevarla es genial, y al llegar al final (absolutamente brutal) se rompen muchos de los esquemas de este tipo de películas, al tiempo que hace gala de otros predecibles, como el “romance” entre Gabriel y la también arcángel Amitiel (Samantha Noble, hija del genial John Noble).

Desde un punto de vista técnico, los efectos especiales son más que meritorios para tratarse de una producción de bajo presupuesto; incluso las coreografías de las peleas son decentes (cosa extraña en este tipo de peículas). Los escenarios, y el ambiente oscuro que se logra a lo largo de todo el film son geniales. Las actuaciones, por otra parte, tampoco están nada mal, y aunque apenas hay actores conocidos, la mayoría están brillantes en su papel. Y en cuanto a la música, por otra parte, cumple sin problemas, con una banda sonora instrumental muy épica que se combina con otra de una especie de rock-punk-gótico-metal más oscuro, al estilo de A Perfect Circle (en ese sentido también se parece a Constantine).

El desenlace final, como digo, es genial, aunque a medida que se acerca ya se hace relativamente predecible. Así y todo, las últimas escenas son un derroche de épica, memorables y bellas a más no poder. Aún más con la escena final que aparece después de los créditos (aunque solo en la versión australiana del DVD, por lo que he podido leer por ahí), y que lleva un paso más allá el desenlace que la última escena ya sugería.

Desde luego, merece la pena, aunque podía haber sido mejor.

Allez–y, mes ami!

Buenos días, y buena suerte.

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LO MEJOR: las actuaciones de Whitfield y Stevenson, y las de Kevin Copeland como Ahriman y Harry Pavlidis como Uriel. También la ambientación y el final son geniales.

LO PEOR: los diálogos, y la historia en general, podían haber estado más trabajados y evitar los elementos típicos del género.

VALORACIÓN: 8/10. Deja muy buen sabor de boca, y cumple lo que promete, aunque tampoco sea una maravilla.

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Gabriel - Tráiler