"¿Yo soy el malo?"
En 1997, Joel Schumacher tuvo éxito en algo que gente tan capaz como el Joker, Harvey Dent o Bane fracasaron: consiguió matar a Batman. Lógicamente, no le mató del todo, porque vino un tal Christopher Nolan y lo resucitó, pero cuando salió "Batman y Robin", la crítica no estaba preparada para tomas y tomas de los pezones del caballero oscuro.
La carrera de Schumacher está compuesta de eso: pocas películas buenas ("El cliente", "Última llamada", unas cuantas regulares ("Verónica Guerin", "St. Elmo's Fire") y bastantes tumores malignos ("El número 23", "9 días" o la propia "Batman y Robin"). La pregunta es: ¿dónde queda "Un día de furia"?