Metrópolis (1927)

“Mediador entre el cerebro y la mano ha de ser corazón”

Película muda de origen alemán y catalogada como obra maestra del cine, Metrópolis destaca por su adelanto cinematográfico respecto a la época en que se realizó.

Son muchos los aspectos técnicos y narrativos que se pueden sacar de esta película, sin embargo, en este pequeño amago de crítica será más fácil entrever su sentido para que el espectador tenga a bien disfrutarla.

Siguiendo en esta línea, llama la atención su mensaje profundamente simbólico. El cine, desde sus comienzos, ha dado forma al imaginario social que compartimos y ayuda a mostrar aquellos miedos, pasiones, problemas y situaciones de las que todos formamos parte. Ejemplo claro del tratamiento de todo esto en la película pueden ser las comparaciones entre los habitantes de la ciudad de los ricos en la superficie y los de la ciudad obrera en el subsuelo.

En esta película, vamos a presenciar una historia (más) de distinción de clases, pero llevada a su extremo ya que en este film, el hijo del manda más, Freder, baja al “infierno” obrero y descubre la verdad acerca de cómo vive la gente y lo poco que le preocupa a las altas esferas; cómo asqueado al ver el desdén de los poderosos, que prefieren traer más trabajadores para que las máquinas no se detengan que ayudar a los que sufren accidentes en ellas, decide unirse a la causa de los obreros de la mano de María; una mujer que se nos presenta como salvadora, pacificadora que insta a la paciencia hablando de un “mediador” que les ayudará.

Aportando una visión general (y más que nada informativa) es fácil sacar una interpretación directa: el cristianismo. Continuamente se hacen referencias bíblicas empezando por la predicadora pacífica que no es otra que María (¿casualidad? Va a ser que no); la residencia de Freder en el Paraíso, las referencias a la Torre de Babel para explicar la construcción de Metrópolis (unos conciben una idea y dejan que otros hagan todo el trabajo), referencias a los 7 pecados y cómo la mujer es la portadora de ellos junto con el Apocalipsis y la muerte...

Evitando términos de filosofía extraños es fácil apreciar las “enseñanzas” que este film trata de representar en escenas tales como la aparición de María-robot en el club para mostrar la decadencia y mentalidad de la clase alta (club lleno de hombres blancos, recipiente sujetado por figuras masculinas negras en posición de servidumbre, mujer vestida de forma atrayente...); la conspiración de los jefes para que sus obreros ataquen primero y así tener una excusa para deshacerse de ellos; o la destrucción de todo orden en ambas ciudades cuando los obreros se rebelan abandonando y destruyendo sus puestos de trabajo.

Dejando de lado los aspectos significativos cabe destacar la expresividad, la estética, una banda sonora brillante y unas actuaciones tan vívidas que mantienen al buen espectador en vilo durante toda la trama.

Son muchísimas las cosas que se podrían decir de tan famosa película pero tampoco es cuestión de aburrir a nadie. Por ello, servidora amante del cine actual de ciencia ficción y efectos especiales de grandísima calidad, y que jamás imaginó que una película muda y en blanco y negro le gustase tanto, se despide esperando que alguien se decida a ver esta obra maestra que, desde luego, no dejará indiferente a quien sepa verla.

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LO MEJOR: La estética y sus continuos mensajes, además de la actuación expresionista de todos los actores.

LO PEOR: Puede darse el caso de que te aburras por no escuchar voces o la música te parezca repetitiva en ciertas escenas.

NOTA: 8/10. No sólo por los aspectos ya mencionados sino por la calidad de realización de la película, no hay que olvidar que es de 1927 y aún así es increíble tanto en escenarios como en montaje.

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Finalmente aquí está el tráiler para quien le pique la curiosidad.