El club de la lucha (1999)

“Quería destrozar algo hermoso”

De antemano os pido perdón. Sé que la crítica de hoy no va a estar a la altura. No soy la persona adecuada para criticar esta cinta (Quixote sería el candidato idóneo para la tarea, pues la descubrí gracias a él) de culto, considerada hoy como una de las mejores de la historia reciente del cine. Pero como acabo de volver a verla, y siempre que lo hago quedo en estado de shock, he decidido atreverme con ello. Allá vamos.

No sé si habrá algún verdadero cinéfilo a quien no le suene esta película. Todo lo que la rodea está empañado de un halo de misticismo. El guión, basado en una novela de Chuck Palahniuk; el director, ni más ni menos que el mismísimo David Fincher; las actuaciones insuperables de Edward Norton y, sobre todo, un inmenso Brad Pitt; la filosofía de vida que se esconde en cada fotograma de la cinta; ese increíble final que te deja atado al asiento… Pero no adelantemos acontecimientos.

A mediados de los noventa el señor Palahniuk escribe una novela que, a pesar de las maravillosas críticas que recibe, tiene una tirada relativamente corta, y parece relegada, como tantas otras, a la inocencia del olvido. Sin embargo, ventajas de ser estadounidense, un estudio de Hollywood se interesa por los derechos de la obra, y después de dar muchas vueltas al proyecto, contrata para dirigirlo al grandísimo David Fincher. Sin entrar en los recovecos de su interesante carrera (como director de videoclips o trabajador en Industrial Light and Magic, la compañía de efectos especiales de George Lucas) comienza en el mundo del cine con Alien 3, y continúa triunfando con obras como Se7en, The Game, El curioso caso de Benjamin Button, La habitación del pánico, Zodiac… Siendo El club de la lucha su cuarta película, no funcionó en taquilla como se esperaba, y tampoco de cara a la crítica. Al estrenarse en DVD, sin embargo, arrasó en todos los aspectos hasta convertirse en una obra de culto y lograr que hiciéramos una crítica en el blog. A día de hoy, ocupa el 15º puesto en la lista de las mejores películas según IMDB.

La historia gira en torno a un trabajador de oficina (Edward Norton) que vive una vida vacía, aburrida y sin nada de interés, como la de cualquier otra persona. Intentando curarse de sus problemas de insomnio se vuelve adicto a los grupos de auto-ayuda y similares, donde conoce a Marla Singer (fabulosa Helena Bonham-Carter), que se encuentra en la misma situación que él. Aunque a priori la cinta parece que vaya a girar sobre ambos personajes de pronto aparece Tyler Durden (Brad Pitt en la que será una de las interpretaciones cumbre de su carrera), un vendedor de jabones que ayuda a nuestro protagonista sin nombre a crear un club de lucha clandestino, donde gente como ellos se reúne cada noche para descargar tensión a base de golpes. Hasta que poco a poco la cosa se le va yendo de las manos a nuestro Nemo, y… hasta aquí puedo contar.

La dirección es perfecta de principio a fin, con un guión que va acelerando el ritmo poco a poco (al principio puede hacerse un poco pesada la actuación de Norton como narrador de la historia, sobre todo si la ves en versión original, porque el tío es un tanto cenizo) hasta el giro brutal que da al final, pero que se puede intuir si ves la película con atención (o si la has visto ya alguna vez, porque hay varias frases o escenas que lo predicen). Las actuaciones, por otra parte, son geniales, desde un convincente Edward Norton a una Helena Bonham-Carter que hace de sí misma (o casi), y un Brad Pitt que se come la pantalla con cada una de sus apariciones. Por no hablar de los secundarios geniales, entre los que destacan Meat Loaf (con más tetas que Helena Bonham-Carter) y Jared Leto (que, por algún extraño motivo, es el único miembro del Club de la lucha que no se rapa cuando los demás lo hacen… Y el rubio le sienta muy extraño).

Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle: los pocos efectos especiales que hay, la música, la posición de los actores en la escena, la ambientación (esos sitios suburbanos, llenos de suciedad y mediocridad)… Se refleja, entre otras cosas, en los mensajes subliminales que se cuelan de modo magistral en pequeños fotogramas, y a eso hace un guiño el propio personaje de Tyler Durden (que cuando trabaja montando películas cuela fotogramas obscenos para desagradar al espectador).

La obra es una crítica magnífica a la sociedad materialista, a lo absurdo de la vida y a la gente en general, pero a la vez, el desenlace final puede interpretarse como una advertencia contra un abandono radical de esa vida anodina, una alerta contra el nihilismo absoluto. En ese sentido, la última escena es, sencillamente, demoledora (y la frase con que termina la película ya ni te cuento). Por otra parte, a pesar de lo coherente que resulta toda la cinta, hay muchas escenas que rozan un surrealismo incomprensible, aunque sean perfectamente razonables dentro de la historia (Edward Norton pegándose a sí mismo en el despacho de su jefe, por ejemplo, o esa escena en la que Brad Pitt se está acostando con Bonhan-Carter y le ofrece a Norton… unirse al trabajo). Aprovecho para decir que hay algo del final que no termino de comprender, por si algún buen samaritano que la haya visto se ofrece a explicármelo.

El resultado final es un mazazo increíble a la conciencia del espectador, disfrazado de una delicia audiovisual sin parangón. Siempre me hace preguntarme dos cosas: cómo demonios no triunfó desde el primer día (cosa que sí que tiene explicación, la verdad) y cómo es que no es una de mis cinco películas favoritas (aunque sí esté entre las 10 primeras).

Vedla. No tenéis otra opción. Es mi última palabra.

Allez-y, mes ami!

Buenos días, y buena suerte.

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LO MEJOR: las actuaciones. Los mensajes subliminales. Ese pedazo de final.

LO PEOR: Absolutamente nada. Incluso lo más absurdo tiene sentido en esta película.

NOTA: 10/10. Obra maestra. Indiscutible. No le pondría menos nota ni aunque me pagaran.

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El club de la lucha - Tráiler (en inglés)