Siempre
se dice que a Leonardo Di Caprio le falta un Oscar, especialmente desde el
año pasado tras ver como su actuación en El Lobo de Wall Street se iba de vacío.
Sin embargo, hay casos más sangrantes. Uno de ellos es el de Joaquin
Phoenix. Tres nominaciones: por Gladiator, Walk the line y
Master. Ninguna estatuilla. Por Her ni siquiera fue nominado y
este año tampoco por El Sueño de Ellis. Para mí, esto es un
escándalo mucho mayor del de DiCaprio.
En
esta ocasión le acompaña Marion Coutillard, que sí fue nominada a
mejor actriz. La francesa encarna a una inmigrante polaca llamada Ewa
en Nueva York durante los años 20 que huya de una Europa devastada por la guerra. Sin embargo, su hermana Magda
enferma y se queda internada en el hospital de la isla de Ellis. Desesperada, cae en manos de
Bruno (Joaquin Phoenix) que la sacará de ahí y la acogerá. Pero no
es un alma caricativa, ya que la obliga a trabajar en teatros
eróticos y a prostituirse, mientras sufre el acoso de su patrón,
que se ha enamorado de ella de una manera insana.