(Mirando al espejo) Este es el rival
más duro al que nunca te vas a enfrentar.
En la carrera de los Oscar ha llegado
un invitado inesperado. Una de las últimas reliquias del cine de
acción lleno de testosterona de los 80. La cara llena de botox de
Sylvester Stallone estallaba en felicidad con su nuevo Globo de Oro y
las apuestas empezaron a considerarle favorito para la estatuilla
dorada. El mundo le aplaudió al tiempo que se preguntaba cómo se
había colado ahí. Incluso su nueva saga de Los Mercenarios
había empezado a declinar con la tercera entrega. Pero le había ido
a buscar su gran ángel de la guardia. El mismo ángel que le sacó
de películas eróticas con el pseudónimo de potro italiano y le
llevo al estrellato. Stallone no dudo en agradecérselo. A su ángel,
a su mejor amigo, a Rocky Balboa.
Rocky ha vuelto, en el que es el último
gran regreso del 2015. Star Wars salía en los titulares y
poco se ha hablado del retorno a los cuadriláteros de una leyenda
como Rocky. El mismo director de la nueva entrega, Ryan Coogler,
convenció a Stallone para un último tango tildando a la saga como
“la Star Wars de los marginados”. Porque es injusta
ponerla a la misma altura que otros éxitos del actor como Rambo.
No encontrarás acción desmesurada en Rocky porque desde el
principio ha sido una cinta que priorizaba el drama sobre la acción.
No todo son puñetazos, sino la historia que encierran. La primera
entrega es paradigmática. Luego se hicieron más concesiones al show
pero la base era el sueño americano, tanto su lado tenebroso y
deprimente como la esperanza que conlleva.
En esta nueva etapa de la saga el que
se pone los guantes es el hijo de Apollo Creed, esa simpática
caricatura de Muhammad Alí. El joven, vástago ilegítimo y
desconocido, no conocía al hombre detrás de la leyenda y siente
una necesidad acuciante por seguir sus pasos. La escena donde imita
los movimientos de su padre en un combate contra Rocky es realmente
emocionante. Pero todo el mundo le desanima, todo su entorno sufrió
la muerte de su padre en el ring. Su única oportunidad es acudir a
Rocky.
Para Rocky, el nuevo Creed es el hijo
que quiso dedicarse al boxeo. Rocky está cascado y le quedan ya
pocas energías. Pero la ilusión del joven despertará en él nuevas
ganas de pelear, esta vez en la esquina. Stallone firma su mejor
papel desde la primera entrega del púgil, donde también fue
nominado al Oscar. Michael B. Jordan también cumple con creces y
demuestra que no fue culpa del reparto ese desastre que fue Cuatro Fantásticos. Su objetivo romántico, interpretado por
Tessa Thompson, está bien llevado, con su propia personalidad e
intereses que casan muy bien con el espíritu de la saga.
La dirección es soberbia. Se nota que
no es un producto más, sino que está hecha con dedicación y cierta
dosis de cariño. Es inteligente en el manejo del ritmo. Sabe cuando
acelerar y darnos combates sobresalientes y cuando detenerse para
captar el drama. El manejo de cámara es sobresaliente. Las peleas
son una maravilla. Destacaría la primera pelea de Creed con Rocky en
su esquina. Los travellings son maravillosos y todo aspecto está
cuidado con esmero. En ellas hay drama, sentimientos y adrenalina.
La película también se toma su
momento de rememorar sus episodios pasados, especialmente la primera
entrega. La estatua de Rocky, las fotos del restaurante, el regreso
de varios personajes clásicos, el entrenamiento con gallinas y las
carreras de Creed mientras la multitud le anima... De hecho, como le
ocurrió a Star Wars, le lleva a pasar algo de factura.
Especialmente el final, que no logra sorprender al espectador. Pero
tampoco resta demasiado.
La banda sonora es otro aspecto a
destacar. Se mezcla muy bien la influencia de la obra original de
Bill Conti, pero a la vez se actualiza para los tiempos modernos. Los
coros mantienen su importancia pero el rap se hace con su parte de
protagonismo. Las piezas pueden ser tan magníficas como este ejemplo.
Rocky es uno de los grandes personajes
del cine y Stallone ha demostrado que es el actor perfecto para
interpretarlo. Se ve que hay verdadero cariño y siempre es
interpretado con ganas y sin demasiados excesos. Ojalá el potro
italiano vuelva a agradecer a su mejor amigo imaginario. Pero está
vez con una estatuilla dorada en la mano.
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¿Tengo
que ver esto?: Si te gusta el boxeo o la superación de uno mismo, sin duda.
¿Cuál
es el mejor momento?: Cuando Rocky sube las escaleras de nuevo.
¿Dónde
debería ver esto?: Mientras descargas adrenalina en un saco.
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?: Una película que repasa de forma muy oscura el sueño americano es The Wrestler, de Darren Aronofsky.
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