"¡Hay una serpiente en mi bota!"
Buenos y afables días desde el norte de África. Los exámenes han pasado, el sufrimiento se ha superado y me dispongo a disfrutar de unas merecidas (creo) vacaciones. Pero antes no podía dejar pasar la ocasión de hacer mi última entrada del año por estos lares. He escrito poco, soy nuevo aún en el corral, pero en el blog se me ha aceptado con cariño y yo lo agradezco de veras. Y para despedir el 2013, no sé, algo que mole mucho, pero que mucho. ¡Pixar!
Y la elegida a reseñar ha sido, no por ser la mejor, sino por el aprecio que le tengo y le tendré eternamente, Toy Story 3. La saga que revolucionó la animación y abrió los horizontes de la creatividad en ordenadores no sólo rompió con el tópico de "segundas partes nunca fueron buenas" (Toy Story 2 es una película más que notable, aunque sin superar a la original), sino que hizo surgir a una legión de fans incondicionales de por vida (me incluyo) que disfrutaron y se encariñaron de esta simpatiquísima pandilla de juguetes y sus divertidas aventuras. Cómo no olvidar los ratos que pasé de pequeño con Buzz Lightyear, Woody, el Señor Patata, Rex y otros tantos... Auf, hacerse mayor es un asco.
La historia de Toy Story 3 se desarrolla 10 años después de su predecesora. Andy, el dueño de los juguetes protagonistas, se ha hecho mayor, acaba de terminar el instituto y se dispone a partir rumbo a la universidad. En todo este proceso, por la desdicha de crecer, sus juguetes acabaron olvidados, abandonados o peor aún, vendidos, ya que personajes recurrentes de las anteriores entregas son eliminados de forma un tanto brusca, aunque entendible (sus dobladores habían fallecido). Y pese a los intentos de hacer que Andy vuelva a jugar con ellos, el destino de Buzz, Woody y los demás parece estar destinado al desván. Sin embargo, por un malentendido, los juguetes acaban en el contenedor de la basura, lo que les da a entender que su dueño ya no les quiere y que deben buscar un nuevo hogar. Será entonces cuando, por avatares del destino, acaben en Sunnyside, una guardería en la que conocerán a muchos juguetes, como el oso Lotso y muchos más, a cual más genial (mención especial para Barbie y Ken). Así, en Sunnyside parece que nuestros héroes vayan a tener la vida que todo juguete desearía, con niños que jueguen con ellos todos los días, pero la realidad es muy distinta, y tendrán que trabajar y estar más unidos que nunca para sortear todo tipo de peligros.
A modo de esbozo, esto sería una síntesis de lo más simple, ya que el argumento ya de por sí no busca ser demasiado adulto. De hecho, la película está hecha para un público de todas las edades, si bien esta entrega es la más oscura y arriesgada de la saga. Un riesgo que Pixar ha corrido y con el que ha salido ganando, aunando la maestría del genio John Lasseter y la magnífica dirección de Lee Ulkrich, que ya había trabajado en Toy Story 2 y la sobresaliente Buscando a Nemo.
Para empezar, el desarrollo de la película es muy disfrutable y mezcla todo tipo de situaciones, desde momentos cómicos y relajantes a otros llenos de tensión, drama y frenesí, que no dan lugar al respiro y que podrán disfrutar tanto los nuevos como los antiguos espectadores de la franquicia. Y esta mezcla funciona de maravilla, gracias a unos chistes conseguidos, unos personajes memorables y un guion muy cuidado, con una variedad de situaciones muy bien lograda. Se nota cuando Pixar pone mimo y cariño a sus obras, y Toy Story 3 no es una excepción. Pero lo que más me ha gustado, no obstante, de este final de trilogía, ha sido su capacidad de hacer sentir niño al adulto, de remover el corazón de la primera generación de videntes de la saga, de devolver todo el amor que tuvieron en su momento dándoles el final más glorioso y extraordinario que se podía pedir. Incluso se pueden observar escenas muy tiernas (la partida de Andy a la universidad mientras se despide de su madre) que harán que a más de un progenitor se le escape alguna lagrimita.
Y todo con un grupo de personajes magistrales, únicos e inolvidables, ya recogidos de entregas anteriores (Woody, Buzz, Jessy, Señor y Señora Patata, Rex, Hamm, Slinky, los hombrecillos verdes) junto con nuevos que harán las delicias del espectador, sea niño o adulto. El complejo y despótico Lotso o los geniales Barbie y Ken son solo algunas de las novedades en un elenco riquísimo y que no tiene desperdicio.
Entrando en el apartado técnico, pues... estamos hablando de Pixar, señoras y señores. CANELA EN RAMA. La animación es magistral, como no podía ser de otra forma, e incluso la banda sonora, sacada de la cabeza de Randy Newman, tiene momentos sencillamente fantásticos y que ponen los pelos de punta. Y digo lo de "incluso" porque el amigo Randy siempre ha pecado de no ser demasiado creativo, y aquí demuestra que le sobra el talento. Y luego tenemos el doblaje... mmmm... he aquí la parte donde me pueden caer o no palos, pero tengo toda la justificación del mundo. Los personajes principales y secundarios tienen voces profesionales y muy solventes (a destacar al gran Miguel Ángel Jenner), pero para otros menos destacados se utilizaron voces de personalidades famosas de la fauna española (Fofito, Pablo Motos, Ana Milán, Silvia Abril...). No son molestos, pero cada vez que abren la boca se nota, y para mal. Y el público no lo apreciará, pero el que tenga buen oído no tardará en darse cuenta. Aunque eso sí, lo reconozco abiertamente: utilizar a Diego, "El Cigala", para ponerle la voz a Buzz cuando activa su "modo español" me parece una puñetera genialidad. Carcajadas aseguradas.
Así pues, estamos ante otra maravilla de Pixar, una secuela gloriosa, el final de una trilogía única que marcó la infancia de más de uno y que, incluso en su despedida, alcanzó un nivel sobresaliente y se llevó el aplauso unánime de la crítica, con dos merecidos Oscar (mejor película de animación y mejor canción original). ¿Si es mejor que Toy Story? En algunos aspectos sí, porque ofrece novedades que multiplican el disfrute, y en otros no, porque con el encanto de lo original es difícil competir. De lo que no hay duda es de que es una obra maestra y un auténtico tesoro que padres e hijos deben ver juntos al menos una vez en su vida. Capaz de provocar todo tipo de emociones, con la mejor y más compleja historia de toda la saga y brindando una conclusión perfecta, Toy Story 3 es, hasta el momento y, sin desmerecer a la notable Brave, la última gran cinta de Pixar.
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LO MEJOR: historia, personajes, banda sonora, momentos, variedad de situaciones, capacidad de hacer reír y llorar, conclusión... lo tiene todo.
LO PEOR: algunos personajes doblados pobremente al castellano... y que quien no haya visto las dos primeras pelis puede perderse ocasionalmente.
NOTA: 9/10. La mejor despedida para una saga y unos personajes que se han ganado el corazón de una generación. Como diría Andy, "gracias, chicos".
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Por favor, Miguel Ángel Jenner a destacar... A Ken le dobla David Robles, y eso le hace ganar ya un millón de puntos al doblaje. La capacidad de este hombre para hacer una voz desenfadada y alegre y de repente pasar a un registro mucho más duro y oscuro, en el mismo personaje, es magistral (y aquí, de hecho, lo demuestra).
ResponderEliminarPor otra parte, no me cabe sino quitarme el sombrero ante una crítica que suscribo casi por completo. El doblaje, a pesar de cosillas ligeramente flojas, no me desentonó demasiado, y me pareció tan bueno (mejor en algunos puntos) como el de las anteriores. Lo de El Cigala es una maravilla :P Y de hecho, que los Gipsy Kings hagan la adaptación lolailo de "Hay un amigo en mí"... Ufff. Ya me lo pasé genial con su versión flamenca del "Hotel California", que suena en "El gran Lebowski", y con esta otra casi lloro de la risa.
Que hablando de llorar... Si, yo soy de esos a los que les saltaron muchas lágrimas con la despedida de Andy. Y no solo eso... Con la escena en el vertedero lo pasé realmente mal, a pesar de imaginar cómo acabaría todo. Sufrí mucho. Y la escena final de la peli se me hizo durísima.
Será que mi niño interior está más en la superficie que el de otros... En fin, gracias, chicos :)
Me gusto tu reseña, y coincide contigo lo mejor de la película de Toy Story 3 son los personajes y la historia, aunque si no han visto las pasadas no se pierden tanto de la historia, si alcanza a entenderse.
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