miércoles, 3 de enero de 2024

Drácula (1931)


¡Buuu! Os doy la bienvenida a mi festival de lo macabro, mi circo de los horrores, mi gabinete del susto que te mueres. Soy el doctor von Hohenzollern (sin relación), vuestro guía en este pasaje a lo más recóndito de vuestros miedos.

Mira tu reloj. Si no tienes un Viceroy, el del móvil me vale. Es de noche. Quizá no donde te encuentras ahora mismo, tal vez descansando plácidamente en un sofá, mojando unas galletitas en una leche calentita, o quién sabe si mojando los pies en el Mar Menor. No te conozco. Pero hay algo en tu mente, quizá algún orgánulo de nuestro cerebro reptiliano ya obsoleto, que sabe que alguna parte de esta canica azul que llamamos Gaia el viejo astro Sol se ha puesto, y que sólo la misma fe que nos lleva a enterrar a los muertos nos hace creer que volverá a aparecer, mañana. Y sin embargo, hasta que nuestras esperanzas se vean confirmadas con el primer rayo de luz del alba, cedemos el terreno a las tinieblas, y a los monstruos que habitan en ellas.