sábado, 11 de marzo de 2023

Ahora y siempre (2012)

El cáncer apesta. Es injusto, devastador, y terrorífico. Un mal que no le desearía a nadie.

Eso pensaba antes de ver Ahora y siempre; desde este momento, tengo que conceder que bajo determinadas circunstancias, puede quedarse hasta corto.

Las circunstancias se llaman Tessa, de 17 años, manipuladora de manual, egocéntrica irrecuperable, criminal en potencia y adolescente hiperferomónica, que ha decidido convertir su leucemia en la excusa perfecta para hacer lo que le da la gana, que a su edad viene a ser restregarse con quien le apetezca. Pero pobrecita, nadie la comprende, porque el destino la ha maldecido con un padre entregadísimo y muchachos que se le arriman pero que sienten lástima cuando descubren que está enferma. Y ella no va a autocompadecerse, salvo cuando le sirve para salirse con la suya, claro.

Con la omnipotencia que otorga saber que va a morir pronto, se dedica a arruinar la prosperidad de las vidas ajenas, robando tarjetas de crédito y productos de belleza como si fuera candidata del PP, a consumir setas alucinógenas, y a subirse a árboles muy altos para contemplar la infinidad del cosmos y que la dejen en paz, que la que se muere es ella.