La noche del domingo se otorgaron los
Oscar, los premios más grandes a los que un artista cinematográfico
puede aspirar. Todo buen aficionado no se lo quiere perder y más de
uno trasnocha a pesar del examen que te espera por la mañana. Pero la
magia del cine es capaz de atraparte y de que te quedes embelesado frente a la pantalla en mundos, vidas ajenas o una gala donde defiendes a muerte a tus favoritos.
Esto
lo quiso dejar bien claro Neil Patrick Harris, el presentador de la gala, con un número inicial
apabullante donde el presentador bailó y cantó mientras estaba en su salsa sumergido en fotogramas de Star Wars y otras películas icónicas. Se animaron a subir al
escenario la cenicienta Anna Kendrick y el rockero Jack Black,
mientras Benedict Cumberbatch lo veía agarrado a una petaca. El
problema es que esa magia en la gala se vio con cuentagotas. Algún
buen chiste por ahí entre numerosas actuaciones musicales que
hicieron que Harris apareciera menos de lo aconsejable. Podría ser
peor, no salió al escenario Sonia Monroy y su vestido marca España.
Las 3 de la mañana y yo sobrio. ¡No puede ser! |
Podría pasarme toda mi vida viendo este gif |
La única participación española era
Relatos Salvajes, a pesar de tener acento argentino, nominada como mejor película de habla no inglesa. Se marchó de vacío porque la polaca Ida se mostró
intratable e hizo valer sus galones de favorita. Tras una película
sobre una monja en blanco y negro, la academia pensó que era el
momento de honrar a la olvidada La Lego Película. Everything is a product, perdón, awesome no es una buena canción. De hecho es
horrible. Tan horrible que es buena. Se la puede criticar pero yo la
perdono por ver un solo de guitarra de Will Atnett disfrazado de Batman. Es una pena que no animasen a
Keaton a subir al escenario. Seguro que le dieron un Oscar de Lego
como el que le dieron a Oprah Winfrey. Mientras se recogía la coca que
habían dejado los de Lego, se dio el Oscar al mejor corto documental
a Crisis Hotline: Veterans press 1.
Everything is awesome |
Luego aceleraron, y por ello no salieron
al escenario los ganadores al Oscar honorífico: Harry Belafonte,
Jean-Claude Carrière, la pelirroja Maureen O'Hara y el director de
animación japonés Hayao Miyazaki. Tras esto volvió Neil Patrick Harris,
pero lo hizo en calzoncillos, a lo Michael Keaton, no sin
antes hacer un guiño a Whiplash y su famoso momento “no estás a
mi tempo”. Poco tiempo después Whiplash ganaba otra estatua dorada
por la mezcla del sonido. American Sniper, película que tenían que
honrar por ser la más taquillera a pesar de ser una de las de peor
factura, ganó el de edición de sonido.
Era esto, o el vestido de Sonia Monroy. |
Tras un hombre en ropa interior, llegó
Jesús, o eso nos pareció hasta que nos dimos cuenta de que era Jared
Leto leyendo el nombre de Patricia Arquette como mejor actriz de reparto. Pudimos ver que ya no es una jovencita como en
Amor a Quemarropa, pero no solo no ocultó los signos de la edad, sino
que los exhibió orgullosa a la vez que pedía igualdad de salarios con los
hombres, especialmente en el caso de las actrices maduras. Una que
sabe de eso, Meryl Streep, presente en la gala con su nominación de cada año, aplaudió
eufórica junto a Jennifer López. Emma Stone solo pudo agarrar su
Oscar de Lego.
Everything is awesome |
Para compensar lo de Everything is
awesome, le tocó el turno a canciones y numeritos menos excéntricos
y más elegantes. Tim McGraw cantó I'm not gonna miss you del film I'll be me y luego llegó Rita Ora con Grateful de Beyond the lights. Interstellar
apareció para llevarse el Oscar a mejores efectos especiales, no
vaya a ser que alguien no se le haya ocurrido compararla con 2001 de
Kubrick.
Llegó el turno de la animación y al
triunfo sin paliativos de Disney. Primero con el corto Feast y
después con una de las grandes sorpresas de la noche, la victoria de
Big Hero 6. Dreamworks y su Cómo entrenar a tu dragón 2 se quedaron
con cara de tonto mientras Wes Anderson aplaudía otro premio suyo,
está vez diseño de producción. Gran Hotel Budapest parecía que
iba a ser la triunfadora de la noche. Pero llegó Birdman. Lubezki,
también conocido como "el chivo", repite otro año con el Oscar a
mejor fotografía. México había llegado y pensaba amargar la noche
a cierto niño.
Adivina quien lloró con apenas 20 años con la muerte de Mufasa. |
El Oscar al mejor montaje era clave.
Birdman había empezado a marcar territorio y se pensaba que el
siguiente fuera Boyhood. El montaje pareció claro, Linklater había
hecho un montaje milagroso donde doce años se hacen llevaderos.
Pero el ritmo de la batería de Whiplash se impuso. Ya parecía
que Boyhood sería la gran perdedora de este año.
Tras el documental Citizen Four sobre
Snowden, llegó Glory de Selma. La canción fue mimada a la
perfección. Pronto empezaron a salir afroamericanos honrando a
Martin Luther King. Después salieron los raperos Legend y Common para
dar un gran espectáculo que llevó a varios de los asistentes a
bañarse en lágrimas. No es algo exagerado. Evidentemente ganó el Oscar justo después,
aunque Lost Star fuese mejor sin necesidad de
ser tan pretenciosa.
"No lloraba tanto desde que vi 12 Años de Esclavitud." |
No se me olvida contar cómo Travolta se
puso a meter mano a diestro y siniestro. Ya había robado
un beso a Scarlett Johanson cuando centró su objetivo en el rostro de Idina
Menzel, a la que ya había vacilado el año pasado y no pudo evitarlo en
este. Menos mal que dijo que la quería. En el fondo es un romántico.
Seguridad, por favor. |
Tras el numerito de Glory, se decidió
que Harris desapareciera hasta el fin de la gala y que Lady Gaga se pusiese a cantar en el
homenaje a Sonrisas y Lágrimas. Rompiendo los pronósticos, hizo una
actuación elegante, sobria y sin estridencias. Lo que sí que fue una
estridencia fue que Zimmer e Interstellar no ganaran el Oscar a mejor
banda sonora. El Gran Hotel Budapest ganó el último de sus cuatro
Oscar. Birdman contratacó con el premio a guión original al tiempo
que se estrenaba The Imitation Game, sorprendiéndome y alegrándome
a partes iguales que no se fuese de vacío.
Tengo más Oscar que Di Caprio |
Llegaron los premios gordos. Iñárritu
se llevó el premio a mejor director. Su camino fue como un plano
secuencia, antes de confesar que llevaba la ya célebre ropa interior
de Keaton. Sonreía el ex interprete de Batman, pero escupió el
chicle que mascaba cuando Eddie Redmayne saltaba de alegría al
saberse ganador. Stephen Hawking no pudo hacerlo pero sí que le
felicitó. Julianne Moore ganó el premio más cantado de la gala
ante la barba de Matthew McConaughey.
Yo soy el hijo de puta que ganó el Oscar |
Llegó el momento que llevas esperando
desde hace ya más de tres horas. Te mueres de sueño y tu padre se
levanta para ir a trabajar. Pero aguantas hasta ver a Sean Penn
diciendo “¿quién es el hijo de puta que le dio la tarjeta verde
de residencia?”. Viva México, hijos de la gran chingada, vivan los
pájaros y vivan los planos secuencia.
Fantástica crónica :)
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