“Todos estos momentos, cuando llegaban tarde... o no
estudiaban... era... porque... tenían que salvar el mundo.”
En Yo
Me Bebo Tu Batido nos gusta mucho la mierda.
Es un
hecho reconocido y palpable, y poco sentido tendría ponerse a negarlo. Y en
gustándonos tanto, no podemos evitar hacer apuestas del tipo “no hay huevos a
ver...”. Y claro, pasa lo que pasa, que termino viéndome la primera temporada
completa de Desafío Champions: Sendokai
y deseando que el suplicio de escribir sobre ella y recordarla termine pronto.
¿Qué
esperpento es este ante el que estamos? Pues es ni más ni menos que una de las
que fuera (y será, están preparando la siguiente temporada, me temo) serie
estrella de Clan TV, una co-producción de Televisión Española y Kotoc... o algo
así, paso de investigar más al respecto. Serie infantil de animación española
en tresdé, vaya.
¿Y qué
nos plantea tan maravilloso descubrimiento del intelecto patrio? Pues nos
plantea la original historia de cuatro chicos, unos verdaderos inútiles jugando
al fútbol que por algún motivo siguen intentándolo, y que un día se topan con
unos brazaletes muy raros surgiendo de una luz en una colina. Como no, los
tocan, y se ven transportados a un mundo donde una rata verde con bata, llamada
Tampo, les dice que los malvadísimos Zorn van a destruir la dimensión de los
humanos (cuando en realidad se refieren a la Tierra, por cierto), a no ser que
estos derroten al Imperio y a todos sus contrincantes en un torneo de...
fútbol. Guau. No lo hubiera visto venir.
La
rata rara, por cierto, es su maestro. Oh, maravilla, originalidad a tope.
"Hola, soy una flagrante violación del copyright, quiéreme" |
Viajados
a este punto los criajos repelentes se lo toman con una naturalidad digna de
elogio. Algo que, si lo piensas bien, tampoco es tan raro; quiero decir, tienen
como líder del grupito a un retrasado que se pone a bailar como si fuera
egipcio mientras tararea cosas de retrasado. Quizás sorprende más el hecho de
que le cuenten a sus padres la movida interdimensional, pero qué demonios, hay
que dar pie a situaciones ridículas y preguntas jocosas sobre drogas.
El
caso es que la rata les entrena (yo os lo narro todo, y tal), para prepararles
para el gran torneo de Sendokai, que no es más que fútbol intergaláctico con
pelotas de colores, y... ¿ah, os suena? Ya, será porque hay una serie que se
llama Galactik Football, que a su vez
es un plagio descarado de Oliver Benji,
los magos del balón, Benji Oliver, sueños de campeón, Oliver Benji, el fútbol
es su pasión, hay que marcar otro gol. Mal empezamos si el sustrato inicial
de la serie es el plagio de otro plagio.
Aunque
si la cosa se parara ahí, sería algo casi perdonable. Casi, que no del todo.
Pero es que además, no acaba ahí el asunto de la inspiración ilícita: la serie
es una mezcla entre las dos anteriores, Digimon,
Dragon Ball y yo que sé qué más. Con
personajes retrasados como protagonistas. Es que son muy gilipollas, joder.
La
culpa no es suya, ojo. Es del que creyó adecuado crear cuatro personajes que,
oh, casualidad, están representando sin mucho disimulo el fuego-valor (el tolai
del líder), el agua-inteligencia (la tolai de la que se enamora), la
tierra-resistencia (el gordo con el que todos se meten por gordo), y el aire-velocidad
(el niño... niña... esto... lo que sea). Y cada uno, claro, con un color:
naranja, azul, verde y... ¿rosa? ¿Pero qué carámbanos? ¿A quién se le ocurrió
que precisamente el personaje con cuya ambigüedad sexual se juega (no ya porque
no sepas lo que es, sino porque en la propia serie bromean con ello), fuera
rosa? ROSA. QUE ADEMÁS NO SON YA LAS ROPAS, JODER, QUE TIENEN HASTA EL PELO DE
LAS CEJAS DE LOS COLORES QUE LOS REPRESENTAN.
Aquí nuestros héroes en el proceso de cagar. Delante van en camino, y detrás están a lo suyo. Véase la cara del gordo. |
El
resto de personajes son igual de horribles. Pero horribles porque son tópicos
(hola, Tampo-Yoda-Maestro Astilla-Mr. Miyagi-sabio random que entrena a jóvenes
imbéciles), porque son raros (la abuela del gordo, que por cierto, se quiere
fornicionar a Tanpo... sin comentarios), o porque parecen padecer de síndrome
de Asperger (eso, o son gilipollas, como el padre del protagonista, lo cual
explicaría bastante bien su raíz genética).
Con
personajes así y una historia de un tópico tan descarado, pues no se podía
esperar mucha originalidad en el guión. Y efectivamente, no la hay. Se roban
cosas descaradamente de cualquier lugar imaginable, y no se cortan ni a la hora
de plagiar escenas míticas de Star Wars.
¿Quién se va a dar cuenta, vaya? Así y todo, y a pesar de las mil cosas sin
explicación, los finales resueltos con unos “Deus ex machina” que ríome yo de
las tragedias grecolatinas, y lo que directamente no tiene sentido, podemos
apreciar ciertas cosas que casi merecen la pena...
Y si
no la merecen del todo es porque, sencillamente, no saben desarrollarlas. Son
geniales, por ejemplo, y tremendamente interesantes, varias de las razas
alienígenas que aparecen, donde oscilan entre aquellas que son creaciones
atractivas y las que resultan burdas, estúpidas y, sí, estereotípicas. Todo
está muy desaprovechado y es tan predecible que incluso hastía.
Todo,
eso sí, salvo el final. No el cierre total, que me parece bastante vomitivo,
sino el clímax final del último (o quizás los últimos) partidos. Sí, son
tópicos y son predecibles a más no poder, pero si hay algo que reconocerle a la
serie es que en esos momentos, a pesar de saber el espectador perfectamente qué
va a pasar, es capaz de mantener una tensión y una épica muy logradas, que le
suben algunos puntos al conjunto.
Son
puntos que, imagino, se pierden por completo al pensar en el argumento. Porque
sí, es muy bonito que planteen la serie como una lucha de superación y al mismo
tiempo de paz y amor en el universo contra el Imperio opresor, pero nadie se da
cuenta de que están en un torneo A MUERTE. O sea, que todo el que pierda, será
exterminado. Y nos presentan a los humanos como salvadores... cuando con cada
partido que ganan están condenando a la destrucción a toda una dimensión. Y lo
peor es que los cuatro criajos tienen la desfachatez de indignarse porque un
mundo al que salvaron no quiera aceptar la destrucción sin más y juegue contra
ellos un partido. Míralos, qué mala gente, que quieren sobrevivir.
Y esa
es otra. Yo de luchas contra Imperios y salvar universos no sé mucho, pero no
me parece muy generoso ni amigable hacer que los destinos de las dimensiones
dependan SIEMPRE del chaval que tenga más problemas en ese momento y que sea
más inútil del grupo. No sé, me da la sensación de que dejar el destino de esos
mundos en manos del criajo para que entrene, descubra su potencial, o a saber
qué, pues muy justo no es.
Aquí el líder del grupo tendiendo problemas, o siendo retrasado, o yo qué se. |
Para
cerrar ya, después de todo este despiece argumental, no quiero decir mucho del
apartado técnico. Me limitaré a señalar que la música es lo peor que ha salido
de este país desde Santa Justa Klan... bueno, vale, horrible no es, pero se
hace repetitiva a más no poder. El doblaje no es nefasto, pero el retraso de
los personajes hace que lo parezca, lo que se ve agravado por los arbitrarios
cambios en el actor que dobla a Tampo, que en algunos capítulos a mitad de
temporada es un joven forzando la voz para parecer viejo… no preguntéis). Y en
cuanto a la animación, plana, sin artificios, tosca y en general poco
atrayente, solo cabe decir que es como si con cada fotograma quisieran que el
espectador contraiga algún tipo perverso de cáncer. Como si dijeran “vamos a
hacer que Código Lyoko parezca de
Studio Ghibli si la comparamos con esto”.
Una
serie fabulosa, no digo más.
Allez-y,
mes ami!
Buenos
días, y buena suerte.
P.D:
si el triángulo invertido es el símbolo del Imperio Zorn, y por tanto de los
malos, como parece... ¿por qué el símbolo que representa al líder de la
pandilla, el Son-Goku retrasado, es también un triángulo invertido?
¿Coincidencia? Ejem...
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LO
MEJOR: la originalidad y los personajes. Jeje. No, ahora en serio, el hecho de
que a pesar de ser un tópico tras otro, a veces consigue mantener el interés, y
en cierto modo engancha.
LO
PEOR: ahora sí, la falta de originalidad, los personajes, el sinfín de tópicos
que abarrotan todo, la mala animación, los terribles diálogos, cosas sin
demasiado sentido... Y la escena del protagonista retrasado diciéndole a su padre que no ha dejado "que el canario muera de hambre y luego lo ha sustituido por un muñeco" (cosa que sí ha hecho, claro, porque es un maldito enfermo).
NOTA: 2,5/10.
No vas a padecer leucemia por verla. Pero seguro que tienes cosas más
interesantes que hacer, como darte martillazos en los genitales.
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Ahora mismo estoy dándome martillazos en los genitales. No, miento, estoy emborrachándome. Siempre haciendo algo útil para la sociedad.
ResponderEliminarAl fin una persona con suma conciencia para reseñar bodrio de serie, buena reseña, espero una reseña tuya de Wakfu y RWBY
ResponderEliminares para super niños nomas, friki de mierda
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