"La mayoría de los sitios tienen ratones o mosquitos... nosotros tenemos dragones."
DreamWorks Animation, en su pugna eterna con Pixar, nos ha brindado grandes títulos. Hormiga Z, Ratónpolis, Spirit: el corcel indomable, Wallace y Gromit, Chicken Run, las sagas de Shrek, Madagascar o Kung Fu Panda... Todas ellas películas de una gran calidad, pero sin el carisma suficiente para dejar una huella tan honda como la que Cómo entrenar a tu dragón y su recién estrenada secuela nos han legado. Porque la saga que inició su andadura en 2010 y que ya prepara una tercera parte para 2016 es pepino máximo en toda su expresión.
La ya ex-compañía de Spielberg, con Dean DeBlois y su equipo a la cabeza, ha conseguido crear un mundo completamente nuevo y en continua expansión, capaz de crear historias de enormes y espectaculares proporciones, sin renunciar a un humor sobresaliente y con un apartado técnico de auténtico escándalo. Y eso, por citar una pequeña parte del conjunto...